España es considerado el país más vulnerable del continente europeo en lo que a conservación de especies se refiere. Se calcula que en las últimas décadas se han extinguido unas 200 especies y se estima que entre el 40% y el 60% de su biodiversidad ha disminuido en las últimas décadas.

Extremadura se encuentra, a su vez, en los primeros puestos en cuanto a número de especies amenazadas. En el año 2005, el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna de Extremadura recogía 120 especies de invertebrados, anfibios, reptiles, peces y mamíferos. En 2011 la cantidad se elevó hasta las 152 especies (1). 

Se estima que la tercera parte de las amenazas a especies en peligro de extinción están vinculadas a la producción de alimentos para el comercio internacional. (5) En concreto podemos mencionar que la destrucción del hábitat del lince ibérico está relacionada con los olivares de cultivo intensivo para la producción de aceite dirigido a la exportación. En los últimos 20 años, las poblaciones de aves rurales comunes han disminuido un 23% por causa de la agricultura orientada a la exportación.

La conservación de la biodiversidad no puede lograrse exclusivamente mediante la protección de determinados hábitats y especies, o mediante la protección de ciertas áreas. Es necesario, de forma complementaria, implementar determinadas prácticas agrícolas y ganaderas para la conservación de la biodiversidad, como mantener usos del suelo poco intensivos que favorezcan la dinámica de los procesos naturales y el mantenimiento o el aumento de la biodiversidad sobre grandes superficies de terreno. Algunas organizaciones han propuesto medidas para frenar la pérdida de biodiversidad en España y en Extremadura (4).

Dos problemas muy importantes a afrontar en Extremadura son por un lado el aumento del número e incidencia de especies invasoras, cercana a las 50 y, por otro, la importante pérdida en las poblaciones de insectos polinizadores. Es especialmente preocupante el descenso en la población de abejas. Según el presidente de la Sectorial Apícola de Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura en las últimas cuatro o cinco campañas se están produciendo  mortandades del 30, 40 y el 50%. 

La transición agroecológica vuelve a jugar un papel fundamental en este sentido al impulsar la siembra de bandas florales y cultivos intercalados que actúan como refugio para favorecer la presencia de abejas y otros polinizadores y, de esta forma, ayudar a la polinización de los cultivos.

Al no utilizar herbicidas ni insecticidas se evita la mortalidad de las abejas muy afectadas por el uso de glifosato y neonicotinoides.

La enésima razón para que desde la administración pública y todos los sectores de la sociedad se impulse la agroecología en Extremadura.